50.000
pensamientos pasan en promedio por día por nuestra mente desde que despertamos
hasta que termina el día. 50.000 oportunidades diarias de crecer, triunfar y
ser felices o 50.0000 maneras de limitarnos a nosotros mismos, bombardearnos con pensamientos negativos
y boicotear nuestras relaciones.
Todos
estos pensamientos son generados por el diálogo interno: te hablas a ti mismo
en cada momento del día, condicionando tu mundo y creando tu realidad. Tus
pensamientos surgen de tu diálogo interno y creas tu realidad en base a tus
pensamientos.
El diálogo interno convierte pensamientos en afirmaciones
constantes y estas a su vez si se mantienen durante determinado tiempo, se
transforman en creencias.
Si no
te gusta tu realidad, debes cambiar tus pensamientos, y para eso, primero debes
cambiar tu diálogo interno.
Si tu
diálogo interno, esa vocecita en tu cabeza, está lleno de frases como “yo no
estoy preparado”, “yo no sirvo”, “no lo merezco”, “soy un fracasado” estás
condicionando tu mundo a limitaciones y poca valía; relacionándote con los
demás desde esa base de poco valor, fracaso, minusvalía y torpeza.
Convertir
a nuestro diálogo interno en nuestro aliado, saber aprovechar su potencial
emponderador puede cambiar nuestra vida por completo.
Presta
atención a cómo te hablas a ti mismo. En lugar de decir “fracasé” diga “el
resultado no fue el esperado”. No es lo mismo decir “no quiero estar gordo”
que decir “quiero estar delgado”.
Transforma lo negativo en positivo. Basa tus afirmaciones en lo positivo y
actúa de acuerdo a eso.
Desafía
tus creencias.
Demuéstrate a ti mismo que todas esas creencias que te limitan no son mas que
pensamientos que te impiden ser quién quieres ser.
Busca
tus propias características especiales. En lugar de centrarte en lo que falta,
céntrate en lo que sí tienes. Quiero encontrar a la persona de mi vida PERO no
creo ser capaz de merecerla…cámbialo por Quiero encontrar a la persona de mi
vida y LO MEREZCO por ser buena persona. Busca pensamientos emponderantes y
descarta pensamientos de carencia. Cambia tu frecuencia.
Busca
momentos para estar en paz contigo mismo. El objetivo es dejar de lado tu diálogo
interno por un rato.
Cuando
te sientas bien contigo, cuando te notes con más energía, cuando en tu vida
pasen las cosas que querías que pasaran, sabrás que tu diálogo interno empieza
a funcionar de la manera correcta.
Mariela Montenegro
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